
Escribir es una maldición que salva. Es una maldición porque obliga y arrastra, como un vicio penoso del cual es imposible librarse. Y es una salvación porque salva el día que se vive y que nunca se entiende a menos que se escriba.
Escribir es usar la palabra como carnada, para pescar lo que no es palabra. Cuando esa no-palabra, la entrelínea, muerde la carnada, algo se escribió. Una vez que se pescó la entrelínea, con alivio se puede echar afuera la palabra.
Antonela, me has arrancado un par de lágrimas, el arte de escribir es incréible! Ahora mismo yo lo hago, sólo para llenar mis vacíos, algunos, los otros, los lleno leyendo. Te sigo desde ya! Wue talento mujer!
ResponderEliminarMe encanto, muy bueno...
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