Comunicando

Comunicando
by Quentin Blake
"Cualquier buen escritor, o simplemente un buen escritor, elabora un mundo en consonancia con su propia especifidad", Raymond Carver

No olvidar

No olvides la mano que te meció cuando no sabías caminar,
El techo que te cuido cuando no tenías resguardo,
El vestido que te tapo cuando no podías soportar tu desnudo
y el frío te calaba los huesos.
No olvides.
No olvides que pasó cuando todo estaba bien.
Celebra el nuevo estado pero sin olvidar a quién te cobijo, te amo y te abrazo antes.
No olvides. Eso es lo que cuenta en el verdadero aprendizaje.
No olvides.
Recuerda que quién te sostiene puede correrse, caerse y cansarse.
Recuerda aprender de todo, especialmente, viendote y viendo al otro.
Recuerda tus lugares inseguros y detonados.
Recuerda tus debilidades.
Superalas.
Superate a ti mismo. Y recuerda.
Del ejemplo, nacen las utopías.

De la reproducción de aquello que funciona naturalmente se construye la pirámide.
Ladrillo a ladrillo.

Noche estrellada


Quiero entender qué me pasa
y también desaparecer un rato a pensar.
Quiero saber cómo vivir en este mundo,
Sin enloquecer,
Sin enojos,
Sin tumulto.
Necesito volver,
al centro,
sin ver llover
mis ojos,
ni mi corazón,
que intacto,
goza de la razón
de la existencia,
la bendición,
de la vida,
y la sabiduría
del alma.

Quiero saber cómo
y que hacer
cuando la confusión
no perdona,
se vuelve abrumadora emoción,
y duda.

Respirar,
volver,
cuando la paz expira,
y el mundo
empieza a absorber
mi existencia,
la paciencia;
y el vivir,
empieza a
morir.

Comprender,
que es solo el camino elegido,
él que ha de devolver,
la alegría
y la paz,
la bendición de la existencia,
a un alma,
cansada,
replegada en la palma,
de la mano
que ha de cobijarla.

Vuelve,
Vuelve a mí,
Presencia divina,
goce de la existencia.
Paz en mí,
claridad en el camino,
belleza en el vacío.

He aquí,
quien desea volver a ser,
perfecto reflejo Divino,
en el camino
y deshacer,
las barreras de lo cotidiano.

La vida de Pi-Fragmento




Escruté el horizonte a mí alrededor. ¿No nos encontrábamos en medio de una pista perfecta, ineludiblemente redonda, sin un solo rincón en el que pudiera esconderse? Miré el mar. ¿No tenía una fuente ideal de comida para condicionarlo a obedecer? Me percaté de un silbato que colgaba de uno de los chalecos salvavidas. ¿No me serviría de látigo para tenerlo a raya? ¿Qué me faltaba para domar a Richard Parker?¿Tiempo? Posiblemente tendría que esperar semanas hasta que me avistara un buque. Tenía todo el tiempo del mundo. ¿Resolución? No hay nada como una situación extrema para llenarte de resolución. (…) Miré a Richard Parker. El pánico se había desvanecido. El miedo estaba dominado. La supervivencia estaba a mi alcance. Que suenen las trompetas. Que redoblen los tambores. Qué empiece el espectáculo.

Vivir by Pi


Fue Richard Parker quien me tranquilizó. La ironía de esta historia es que precisamente el que me daba pavor al principio fue el mismo que me proporcionó paz, determinación e, incluso osaría a decir, integridad.
(…)
Lo miré maravillado y temeroso. Al darme cuenta de que no existía ningún peligro inminente, volví a respirar con normalidad, mi corazón dejpo de zarandearse en el pecho y empecé a entrar en razón.
Tenía que domarlo. En aquel instante comprendí que era una necesidad. No era cuestión de él o yo, sino de él y yo. Los dos estábamos literal y figuradamente en el mismo barco. Sobreviviríamos o moriríamos juntos. Posiblemente Richard Parker muriera en un accidente o por causas naturales, pero no valía la pena contar con semejante eventualidad. (…)
Pero aquí no se acaban los motivos. Lo confieso. Te contaré un secreto: una parte de mí se alegró de la presencia de Richard Parker. Una parte de mí no quería que muriera Richard Parker, porque si se moría, me quedaría sólo con mi desespero, un enemigo aún más imponente que un tigre. Si seguía con ansias de vivir, fue gracias a Richard Parker. Me impidió que pensara demasiado en mi familia y en mis circunstancias trágicas. Me obligó a seguir viviendo. Lo odié por ello pero a la vez se lo agradecí. Se lo agradezco. Es la pura verdad: sin Richard Parker hoy no estaría vivo para contarte mi historia.

Vida de Pi, de Yann Martel. 

Miedo



Quisiera decir algunas palabras acerca del miedo. Es el único y auténtico adversario de la vida. Sólo el miedo puede vencer a la vida. Es un contendiente traicionero y perspicaz, y bien que lo sé. Carece de decoro, no respeta ninguna ley, ningún principio. Te ataca el punto más débil, que siempre reconoce con una facilidad infalible. Empieza con la mente, siempre. Estás tranquilo, sereno y feliz y al poco rato el miedo, ataviado con la vestimenta de duda afable, se te cuela en la mente como un espía. La duda se encara con la incredulidad y la incredulidad trata de expulsarla. Sin embargo, la incredulidad es un mero soldado de infantería desprovisto de armas. La duda la elimina en un santiamén. Te inquietas. La razón viene a luchar por ti  Te tranquilizas. La razón está bien equipada con armas de última tecnología. No obstante, de forma asombrosa, a pesar de contar con unas tácticas superiores y un número de victorias aplastantes, la razón se queda fuera de combate. Te siente debilitar, flaquear. La inquietud se torna terror.
El miedo entonces acomete contra el cuerpo, que ya se ha dado cuenta de que algo va horriblemente mal. (...) Cada parte de ti  de la forma que más le convenga, se te desmonta. Lo único que sigue funcionando bien son los ojos. Ellos sí que le prestan la atención debida al miedo.
Te ves tomando decisiones precipitadas de forma atropellada. Despides a tus últimos aliados: la esperanza y la fe. Y ya está, tú mismo te has derrotado. El miedo, que no es más que una impresión, ha triunfado sobre ti.
Es una cuestión difícil de plasmar con palabras. Pues el miedo, el miedo de verdad, el que te sacude hasta los cimientos, el que sientes cuando te encuentras cara a cara con la muerte, te corroe la memoria como la gangrena: intentará cariarlo todo, hasta las palabras que pronunciarías para hablar de él. Tienes que luchar a brazo partido para alumbrarlo con la luz de las palabras. Porque sino te enfrentas a él, si tu miedo se vuelve una oscuridad muda que evitas  quizás hasta olvides, te expones a nuevos ataques de miedo porque nunca trataste de combatir el adversario que te venció.

De Vida de Pi, de Yann Martel. Premio Booker, 2002, Ed. Destino, Barcelona, 2003.

Mamarrachooooo!!!!


“Cuando tenés hijos, empiezan a pulular cosas extrañas en la casa”

Liniers y Magdalena Okecki, autores de "Mamarracho", cuentan cómo crearon un hermoso libro para que los chicos jueguen sin reglas a ser artistas.

POR Antonela De Alva - Especial para Clarín


–¿Cómo surgió este libro?
Liniers: –Cuando tenés hijos empiezan a pulular cosas extrañas en la casa. Con mi mujer, Angie Erhart Del Campo, les compramos a mis hijas muchos libros. Algunos las estimulaban a dibujar y las ayudaban a empezar desde chiquitas. Ahí se nos ocurrió que se podía hacer un libro con las cosas que a ellas les llamaban la atención. Y la contactamos a Maggie, la autora de las ideas con mis dibujos.
–La palabra Mamarracho, en el libro, está escrita por tu hija mayor. Pero ¿cómo se les ocurrió el título? 
Liniers: –Mamarracho es la palabra favorita de Enriqueta, uno de los personajes de Macanudo. Cuando hice la historieta en la que Enriqueta lo anuncia, de alguna manera, se solidificó en mí esa palabra. Con Roberto Gómez Bolaños aprendimos que la ch queda simpática y, además, “Mamarracho” tiene en sí misma a “mamá”. El Edipo está presente.
–No es un libro que enseña a dibujar sino que apela a la libertad. ¿Qué buscaron como autores?
Liniers: –Queríamos un libro que fuera más allá de colorear princesas . Que tuviera rock and roll, porque para enseñarles están los libros de la escuela. Queríamos un libro subversivo.
M. O.: –Que rompiera las reglas. Por eso, sólo tiene consejos. Y si quieren pintar el cielo verde y el pasto azul, adelante, que lo hagan. Esa es la idea del arte, que es en libertad y acuerdo con uno mismo.
–¿Cómo rompieron ustedes esas reglas?
Liniers:–Macanudo rompió mucha reglas, y yo lo hago desde todos mis dibujos con pequeñas intervenciones. Romper las reglas genera indignación para muchos. Y resistencia. Picasso las rompió. Es, por ejemplo, pintar fuera de la línea y no adentro como te dicen todos los libros. Y eso es lo divertido de la niñez, también.
M. O: –Creo que en el arte, el acuerdo es con uno mismo. Es sacar lo que tenés adentro para conectar con el otro. Pero para romper las reglas, primero tenés que aprenderlas. En el arte, me parece, no hay un punto de comienzo particular: creás desde que sos chico.
–Estimularlos desde pequeños en el arte. ¿Cómo plantear eso en un libro sin imponer un camino?
Liniers: –Mis hijas, Matilda y Clementina, te pueden traer figuras sin pies y sin cabeza y ellas no piensan que les salió mal sino que están alegres por su dibujo, orgullosas. Y es admirable. No tienen miedo. Esa época es la de mayor libertad. Por eso lo hicimos pensando mucho las ideas, tratando de evitar ejercicios y sacando las reglas. Odio la subestimación de los niños. Maurice Sendak, en un documental, dijo que a los niños les podés decir cualquier cosa, sin mentirles. Me gustó esa idea de encarar el universo infantil y de zafarles la cabeza.

Fuente: http://www.revistaenie.clarin.com/arte/Liniers-Magdalena-Okecki-Mamarracho_0_828517323.html