Comunicando

Comunicando
by Quentin Blake
"Cualquier buen escritor, o simplemente un buen escritor, elabora un mundo en consonancia con su propia especifidad", Raymond Carver

Escribir

Escribir bien, escribir siempre, escribir en la cabeza y no en el papel, sentarse y que no salgan las palabras. Escribir así no, así sí. Escribir historias, armar frases en el aire, unir un conjunto de palabras que suenan bien, que explican ese momento, aquella mirada, una situación determinada y nunca llegar. Nunca llegar hasta el papel que las hace inmortales. O llegar y luego abandonar porque, claro, no es el gran texto, ni el texto que esperaba mi cabeza que fuera correcto o el texto ideal, o el que conmovería o el que haría sentir al lector como me sentí yo cuando lo pensé, cuando lo creé en mi cabeza. Mente superpoderosa, llena de adjetivos, comas, sustantivos, puntos suspensivos, signos, condiciones de producción, mis condiciones de reconocimientos pero nunca un punto final o sí. Más puntos seguidos, sí. La vida es eso, puntos seguidos; el fin de un párrafo, un punto final.
Y volver otra vez a imaginar, a crear, a escuchar palabras, armar frases que le dan sentido a una historia y que quedan, en el aire, flotando, como los remolinos que anticipan la lluvia.

Ver el ciclo, la trampa, la trama y construir el desenlace para transformar la trama, sacar la neurosis, quemar las inseguridades, enfrentar los desafíos y actuar. Plasmarlo todo con puntos, acentos, sin faltas, con diálogos, paréntesis y llegar a la historia para que no te convenza, para que no te guste. Disfrutar el proceso. Eso es todo. Pero disfrutarlo de una vez. Hacer, enfrentar temores, liberar la mente, sacar la voz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario