Tengo que
rendir y no logro concentrarme, mucho menos estudiar.
Estoy
estudiando semiótica y escuchando Cantora. Eso es porque quiero llorar, de
alegría, de emoción. Llamé a mamá para saber si presentarme o no a rendir, qué
hacer con esta materia que habla de semiosis o procesos de significación
infinita para que ya termine, para ponerle punto final. Llamé a mi hermana. Qué
vaya igual, me dicen. Perdido por perdido, enfrentar igual la batalla. Tarda en
llegar pero al final, al final, hay recompensa. Me preguntó cuando será ese
día. Y leo las noticias. Y recién ahí caigo, entiendo lo que significa aquello
que había leído hacía unas horas. Estela de Carlotto encontró a su nieto. 37
años, nieto 114. Y entiendo de condiciones de producción y leo condiciones de reconocimiento
y asisto a este proceso de significación que es infinita. Pero siento que hoy,
hoy esa infinitud se paró un rato. El sentido para la mayoría es igual: Estela,
que vivió el encuentro de nietos que no eran el suyo como si fueran el suyo,
hoy lo encontró. No se quería morir sin abrazarlo y no lo hará. Llora todo un
país, llora la presidenta, los actores, los escritores, los estudiantes, las
amas de casa, los adolescentes. Todos los que saben que pasó durante estos 37
años, los que los vivieron, a los que se los contaron, quienes saben que pasó
para que haya que buscar nietos, para que haya que encontrarlos.
Pienso en
mamá, en los consejos que me da para que me presente al final. Ella siempre
cree que me irá bien. No siempre le doy la razón. Pienso en ella, que me dijo:
Si fuera yo, iría igual. Me lo dice ella, que no estudió en la universidad pero
que sabe más que yo porque aprobó todas las materias antes. Dar batalla hasta
al final. Todavía me lo enseña. Pienso en ella y en la posibilidad de que no
estemos ahí. Pienso en Laura, la hija de Estela mirando la escena desde el
cielo. Y acá, él que quiera creer que crea porque Estela, lo encontró. Da igual como quieran decirle, si
apareció, lo encontró, llegó, se descubrió....Lograrán reunirse y se darán un
abrazo, acá, en vida. Y no es gratuito. Qué su nieto haya ido por voluntad
propia a hacerse los análisis es fruto de una larga lucha y no importa cuál sea
la ideología o partido político al que pertenezcamos. La alegría y la emoción
no tienen ideología. Perdóname Barthes pero no debería haber ideología acá, no
como se la entiende desde el sentido común.
Mamá es
feliz porque yo la llamo para que ella me diga que tengo que ir igual al final.
Estela es feliz porque lo encontró. Mi mamá nunca nos perdió. Estela sí. Mamá
no nos tuvo que buscar. Estela sí y hoy lo encontró. Madres, abuelas saben que lo último que se pierde es
la esperanza y que hay que dar batalla. Tarda en llegar pero al final, al
final, hay recompensas.
Gracias
Estela por enseñarnos a ser pacientes, a perseverar y a no perder la esperanza,
a hacer un poco cada día por los de las otras abuelas, por el tuyo, por los que
faltan. Apareció el 114, Guido Carlotto.
5-8-2014
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