Comunicando

Comunicando
by Quentin Blake
"Cualquier buen escritor, o simplemente un buen escritor, elabora un mundo en consonancia con su propia especifidad", Raymond Carver

Leer nos hace crecer. Fin de Feria, fin de fiesta.

La Feria es una fiesta para todos. No sé si lo es de verdad para los lectores o los buscadores de eventos culturales y amantes de salidas intelectuales pero sí sé que lo es para los que trabajamos en esta industria. Sí el libro es un producto, sí, quizás, lo sea. Sí la editorial es una empresa, sí, lo es. Pero más allá de todo esto que podemos discutir durante largas horas, la Feria Internacional del libro de Buenos Aires es una fiesta.
Estamos todos o casi todos los que amamos los libros y algún día decidimos trabajar con ellos, los que sabemos cuán importante es ver a un niño asombrarse con un libro y a un adulto reír mientras lee, lleve o no el libro, lleve o no algo de tu negocio, stand, editorial, cómo se lo llame.
Estamos ahí todos: productores, editores, escritores, ilustradores, imprenteros, vendedores, distribuidores, para saludarnos, para ver lo que hace uno y lo que hace otro. Y mientras ves todos esos libros nuevos y también muchos que estaban en depósitos y que se desempolvan para la fiesta, pasas y hay un escritor firmando. Y seguís, y hay un ilustrador dando una conferencia y quizás te encuentres también con una figura popular de otro país, el invitado a la feria o uno, varios libros que querés llevarte para leerlo cuando la fiesta termina porque vaya que si algo es también, es un gran trabajo. Y sin quererlo, ves a alguien que hace mucho no ves. Te la cruzás a María Teresa Andruetto  y te emocionas. Volves a sentir aquello que sentiste cuando la leíste y la distancia que la red marca muchas veces se desvanece.
Escuchas hablar a otros editores, escuchas a los ilustradores, escuchas debates y participas porque de eso se trata también la reunión, ¿no? De mejorar más esto que llamamos industria pero que en esencia es un escritor, un ilustrador y un lector hablando entre ellos. Todo eso gracias a los editores, correctores, producción editorial, imprentas, distribuidor, diseñador, periodista, librero, carpintero, electricista y hasta recepcionista. Porque que sería de todo esto y de eso, del libro, sin tantas personas involucradas. 

El discurso inaugural de esta Feria, la número 41, lo dio, por primera vez, un dramaturgo, Roberto “Tito” Cossa. Un avance si los hay. ¿La feria es solo de los escritores? No. Pero sí son ellos la base sobre la que se va construyendo una estructura que termina en el señor que arma bibliotecas, estantes y los vende para el living de cada lector.  Tito Cossa habló de como el escritor y el dramaturgo son, esencialmente, lo mismo. Yo hoy, ayer, estos días de Feria, vi como todos somos, esencialmente, lo mismo pero, gracias a Dios, tan imperfectamente distintos. Cossa dijo que hay derechos humanos en la cultura y que cada habitante debe poder escuchar, leer, elegir. Creo que de eso se trata.
Este evento que muchos llaman "el más importante de Latinoamérica" no es casual que suceda en Buenos Aires. También es lamentable para los que viven en el interior, lo sé. Por eso, diría más bien que sucede en Argentina. Porque no sé si es o no cultura, si la gente lee más por visitarla o porque exista la Feria o si los verdaderos lectores la disfrutan. No lo sé.
Sí sé que esta fiesta es de todos. Y que basta con que alguien agarre un libro por primera vez, lea una oración si es un texto largo o se ponga a dibujar, si es un libro de arte, para que la mente haga jugar la creatividad y apueste a la creación de otro mundo posible. “La utopía es la que nos hace caminar”, decía Galeano. Ese otro mundo mejor está sucediendo cada día y sentir que por una noche todo el universo está al alcance es una palmadita en la mano en esta larga, agotadora pero tan divertida caminata de la vida.



Primer viernes de Feria.

24-4-2015

Mandela. Ser uno mismo.

Después de 27 años en la cárcel y ser elegido en 1994 presidente electo de Sudáfrica, Nelson Mandela compartió con el mundo entero uno de sus poemas favoritos, escrito por Marianne Williamson: “Nuestro temor más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro temor más profundo es que somos excesivamente poderosos. Es nuestra luz, y no nuestra oscuridad, la que nos atemoriza. Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, magnífico, talentoso y fabuloso? En realidad, ¿quién eres para no serlo? Infravalorándote no ayudas al mundo. No hay nada de instructivo en encogerse para que otras personas no se sientan inseguras cerca de ti. Esta grandeza de espíritu no se encuentra solo en algunos de nosotros; está en todos. Y al permitir que brille nuestra propia luz, de forma tácita estamos dando a los demás permiso para hacer lo mismo. Al liberarnos de nuestro propio miedo, automáticamente nuestra presencia libera a otros”.

Extraído de http://elpais.com/elpais/2013/05/17/eps/1368793042_628150.html?id_externo_rsoc=FB_CM

Personas en "Nieve" de Maxence Fermine

Hay dos clases de personas.

Los que viven, juegan y mueren.

Y los que se mantienen en equilibrio en la arista de la vida.

Los actores.
Y los funámbulos.

Escribir en "Nieve" de Maxence Fermine

En realidad, el poeta, el auténtico poeta (yo agrego cualquier artista) posee el arte del funambulismo. Escribir significa avanzar palabra tras palabra por un hilo de belleza, el hilo de un poema, de una obra, de una historia estampada en un papel de seda. Escribir significa avanzar paso a paso, página tras página, por el camino del libro. Lo más difícil no es elevarse del suelo y mantenerse en equilibrio, ayudado por el balancín de la pluma, sobre el hilo del lenguaje. Tampoco significa caminar hacia adelante por una línea continua interrumpida por vértigos tan furtivos como la caída de una coma o el obstáculo de un punto. No, lo más difícil para el poeta, es permanecer constantemente en ese hilo que es la escritura, vivir cada momento de su vida a la altura del sueño, no bajar nunca, siquiera un instante, de la cuerda de su imaginación. En realidad, lo más difícil es convertirse en un funámbulo de la palabra.

You're so Right (for What's Wrong in my Life)



Frank Sinatra You're so Right (for What's
Wrong in my Life)

You're so right for what's wrong in my life.
You're as right as rain; how can I explain?
You just fill every void in my life.
Oh, so right for what's wrong.

Fingers reaching; searching for the touch
Of love's first meeting. Something tells me that
You're right for what's wrong in my life.

You're as right as rain; how can I explain?
You just fill all the need in my heart.
Oh, so right for what's wrong.

You've changed my world into a Shangri-La.
Without a single word, I knew that you
Would right every wrong in my life.
Through the darkness of night,
You're my one shining light.
You're so right for what's wrong.

Por su visita a la Argentina. Una de sus canciones más lindas!




Resumiendo

Joaquin Sabina



Resumiendo, que tengo un cajón de la firma pandora,Treinta y siete chansons, c’est a dire, una y media por hora,Sin contar los sonetos, las coplas, los epistolarios,Los tinteros borrachos de tinta que ordeño a diario.
Nos tocaba crecer y crecimos, vaya si crecimos,Cada vez con más dudas, más viejos, más sabios, más primos,Pero todo se acaba, ya es hora de decirte ciao,Me ha citado la luna en corrientes esquina callao.
Resumiendo,Sabes dónde estoy,Resumiendo,Si me llamas voy,Resumiendo,No me hagas hablar.
Resumiendo, esto no es un arreglo floral por tu santo,Solo sombras que en noches de insomnio me alfombran el canto,Sobre nuestras cabezas silbaban calumnias, payolas,Mano a mano las fuimos driblando a puertita gayola.
Hace siglos que quiero enviarte palomas de humo,Antes de que carcoma el invierno la culpa que asumo,Ten a bien recibir de mi parte un abrazo de amigo,Cuando estalle la guerra estaré en la trinchera contigo.
Resumiendo,Sin voto y sin voz,Resumiendo,Que se pasa el arroz,Resumiendo,Dos bises y amén.
Resumiendo que tengo un cajón de la firma pandora…
Resumiendo,Que te tengo ley,Resumiendo,Y nos dieron las seis,Resumiendo,Sin exagerar.
Una noche te vimos con tola bajar la escalera,Yo rompía una copa y javier destrozaba la hoguera.
Resumiendo,Que me grita el escenario ven,Resumiendo,Pido un empujón, no te das cuen,Resumiendo,Que vomito con la televisión,Resumiendo,Me hace falta un polvo un buen rock and roll,Resumiendo,Nos veremos cuando se ponga el sol…

Escribir

Escribir bien, escribir siempre, escribir en la cabeza y no en el papel, sentarse y que no salgan las palabras. Escribir así no, así sí. Escribir historias, armar frases en el aire, unir un conjunto de palabras que suenan bien, que explican ese momento, aquella mirada, una situación determinada y nunca llegar. Nunca llegar hasta el papel que las hace inmortales. O llegar y luego abandonar porque, claro, no es el gran texto, ni el texto que esperaba mi cabeza que fuera correcto o el texto ideal, o el que conmovería o el que haría sentir al lector como me sentí yo cuando lo pensé, cuando lo creé en mi cabeza. Mente superpoderosa, llena de adjetivos, comas, sustantivos, puntos suspensivos, signos, condiciones de producción, mis condiciones de reconocimientos pero nunca un punto final o sí. Más puntos seguidos, sí. La vida es eso, puntos seguidos; el fin de un párrafo, un punto final.
Y volver otra vez a imaginar, a crear, a escuchar palabras, armar frases que le dan sentido a una historia y que quedan, en el aire, flotando, como los remolinos que anticipan la lluvia.

Ver el ciclo, la trampa, la trama y construir el desenlace para transformar la trama, sacar la neurosis, quemar las inseguridades, enfrentar los desafíos y actuar. Plasmarlo todo con puntos, acentos, sin faltas, con diálogos, paréntesis y llegar a la historia para que no te convenza, para que no te guste. Disfrutar el proceso. Eso es todo. Pero disfrutarlo de una vez. Hacer, enfrentar temores, liberar la mente, sacar la voz.

#114

Tengo que rendir y no logro concentrarme, mucho menos estudiar.
Estoy estudiando semiótica y escuchando Cantora. Eso es porque quiero llorar, de alegría, de emoción. Llamé a mamá para saber si presentarme o no a rendir, qué hacer con esta materia que habla de semiosis o procesos de significación infinita para que ya termine, para ponerle punto final. Llamé a mi hermana. Qué vaya igual, me dicen. Perdido por perdido, enfrentar igual la batalla. Tarda en llegar pero al final, al final, hay recompensa. Me preguntó cuando será ese día. Y leo las noticias. Y recién ahí caigo, entiendo lo que significa aquello que había leído hacía unas horas. Estela de Carlotto encontró a su nieto. 37 años, nieto 114. Y entiendo de condiciones de producción y leo condiciones de reconocimiento y asisto a este proceso de significación que es infinita. Pero siento que hoy, hoy esa infinitud se paró un rato. El sentido para la mayoría es igual: Estela, que vivió el encuentro de nietos que no eran el suyo como si fueran el suyo, hoy lo encontró. No se quería morir sin abrazarlo y no lo hará. Llora todo un país, llora la presidenta, los actores, los escritores, los estudiantes, las amas de casa, los adolescentes. Todos los que saben que pasó durante estos 37 años, los que los vivieron, a los que se los contaron, quienes saben que pasó para que haya que buscar nietos, para que haya que encontrarlos.
Pienso en mamá, en los consejos que me da para que me presente al final. Ella siempre cree que me irá bien. No siempre le doy la razón. Pienso en ella, que me dijo: Si fuera yo, iría igual. Me lo dice ella, que no estudió en la universidad pero que sabe más que yo porque aprobó todas las materias antes. Dar batalla hasta al final. Todavía me lo enseña. Pienso en ella y en la posibilidad de que no estemos ahí. Pienso en Laura, la hija de Estela mirando la escena desde el cielo. Y acá, él que quiera creer que crea porque Estela,  lo encontró. Da igual como quieran decirle, si apareció, lo encontró, llegó, se descubrió....Lograrán reunirse y se darán un abrazo, acá, en vida. Y no es gratuito. Qué su nieto haya ido por voluntad propia a hacerse los análisis es fruto de una larga lucha y no importa cuál sea la ideología o partido político al que pertenezcamos. La alegría y la emoción no tienen ideología. Perdóname Barthes pero no debería haber ideología acá, no como se la entiende desde el sentido común.
Mamá es feliz porque yo la llamo para que ella me diga que tengo que ir igual al final. Estela es feliz porque lo encontró. Mi mamá nunca nos perdió. Estela sí. Mamá no nos tuvo que buscar. Estela sí y hoy lo encontró. Madres, abuelas saben que lo último que se pierde es la esperanza y que hay que dar batalla. Tarda en llegar pero al final, al final, hay recompensas.
Gracias Estela por enseñarnos a ser pacientes, a perseverar y a no perder la esperanza, a hacer un poco cada día por los de las otras abuelas, por el tuyo, por los que faltan. Apareció el 114, Guido Carlotto.

5-8-2014